No cabe duda de que uno de los acontecimientos mas grandes del siglo XX fue la revolución bolchevique, por las connotaciones políticas, ideológicas, sociales y emancipatorias que trajo para la clase obrera, tanto nacional rusa como internacional, y el modo que marcó la manera de luchar y de querer cambiar el mundo para todos los trabajadores del mundo. El ciclo de Octubre, que terminó en 1991, en los albores del cierre del propio siglo XX por razones muy extensas que no son el objeto de este artículo tuvo muchas consecuencias negativas, también muy largas de analizar de las cuales nos queremos centrar en unos aspectos en concreto. Durante toda la guerra fría, los dos sistemas económicos, políticos e ideológicos que resultaron vencedores tras la derrota del nazi fascismo en la II Guerra Mundial (el liberalismo y el socialismo) compitieron a nivel global por establecer su hegemonía ideológica, entre otras a través de la lucha de clases y esto se tradujo de la mano del socialismo en lucha emancipatoria y soberanista para los pueblos del mundo que querían librarse del imperialismo occidental.
El final del ciclo de Octubre con el acto más que simbólico de la caída del muro de Berlín supuso un duro golpe para todo el campo ideológico socialista, suponiendo esto de facto el final de su capacidad hegemónica a nivel global, tanto en los países donde se habían establecido procesos socialistas como en los países imperialistas y occidentales donde la clase obrera buscaba su emancipación.
Ahora el liberalismo se había constituido como potencia ideológica hegemónica a nivel global, sin prácticamente oposición, en especial tras la ofensiva neoliberal previa a la caída del muro de Berlín que estaba destruyendo los últimos reductos de confrontación obrera en países con democracias liberales burguesas (ofensiva neoliberal, primero ensayada en Chile, posteriormente llevada a cabo en uno de los países con mayor poder sindical, Gran Bretaña).
El alcance y la el nivel de esta ofensiva fue de tal magnitud que llevó a convencer a la clase obrera que ya no se trataba de lucha de clases, sino que el individuo era el que cosechaba su propio éxito, había triunfado el germen del individualismo, el liberalismo se establecía como la ideología de la superestructura.
¿A dónde queremos llegar con esto?
Costó mucho reponerse del cierre del ciclo de Octubre al quedar un único polo global , el capitalismo neoliberal inundó todo, en especial se cebó con los países que habían conformado el campo socialista, despojándoles de su industria, su capacidad económica, su fuerza de trabajo, moviendo y extrayendo su mano de obra cualificada con el doble fin de aumentar su plusvalía explotándoles en los países capitalistas a la vez que los usaba para degradar las condiciones materiales de la clase obrera en dichos países. Había llegado la globalización.
Los movimientos de izquierdas antiglobalización lo entendieron y se opusieron frontalmente a esto, todos recordamos al mártir Carlo Giuliani, asesinado a disparos de manera infame en Génova en 2001 por participar en las manifestaciones masivas contra la globalización.
La globalización supuso la extensión del modo de explotación neoliberal junto con toda su superestructura ideológica a todo el globo terráqueo. Esto fue acompañado de varias campañas militares a nivel global, a modo de destrucción de estados legítimos ( Intervención de la OTAN en Yugoslavia) ; la llamada guerra contra el terror perpetrada por USA y sus aliados, las primaveras árabes… fueron la prueba de que con la caída del bloque socialista y la hegemonía liberal a nivel global ningún bloque podía hacer frente a Estados Unidos y sus aliados europeos.
Se había establecido el unipolarismo sin apenas oposición, en el que paulatinamente los estados nación iban perdiendo su soberanía y su capacidad de tomar decisiones en aras de las grandes corporaciones que iban extendiendo su poder sociopolítico a través de la globalización. Estaba comenzando la crisis de los estados nación. El reparto internacional del trabajo trajo consigo la deslocalización de las empresas y los polos industriales en los lugares que dicha industrialización había logrado generar condiciones de vida dignas para la clase obrera a través de no pocos conflicos de clase, y generó el desarrollo de nuevos polos industriales, que generaron nuevos polos de desarrollo y de poder… empezó a surgir y cobrar poder el modelo chino, que posteriormente avanzaría a convertirse en uno de los contrapesos a la hegemonía global estadounidense, cuestionando el modelo neoliberal hegemónico con su modelo de desarrollo de socialismo de mercado de características chinas.
Rusia entendió que pese a haber abrazado los valores del liberalismo con el infame y degenerado Yeltsin, la OTAN cada vez estaba expandiéndose hacia sus fronteras y extendiendo conflictos militares a través de guerras proxys en países que eran sus aliados globales (Libia…Siria…), el giro político, social y económico fue una necesidad imperiosa para el nuevo presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin. Su guerra interna contra los oligarcas surgidos del desmantelamiento del sistema soviético supuso un cambio de paradigma de modelo tanto de estado a nivel interno como a nivel geopolítico. Comenzaba a surgir otro polo en lid contra la hegemonía liberal global.
¿Por qué recalco liberal? Porque el liberalismo se extendía no solo exportando un modelo económico, sino cultural, empleando cada vez más la homogeneización y la uniformización a nivel global del individuo líquido, sin arraigo. Desmantelación de las tradiciones culturales, sociales, identitarias, para convertir al individuo en un ser aislado de su clase, de su familia, de su patria, incluso de su sexo para ser fácilmente manipulable y extrapolable y homogeneizable a los intereses del nuevo globalismo, la forma que había tomado la globalización para afrontar el conflicto multipolar que estaba surgiendo. Un nuevo supremacismo racista había surgido: nuestro sistema es mejor porque garantizamos los derechos de las minorías, porque defendemos al 0.3% de la sociedad frente a tu fobia.
Te puedo poner sanciones porque no respetas los derechos de tal o cual minoría, bloqueos, arruinar tu economía si no aceptas mis valores, si no destinas tu presupuesto a lo que yo dictamino desde mi superioridad moral.
Esto se agudiza desde 2014 con la revolución de colores en Ucrania y la entrada primero velada de la OTAN en el conflicto con las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk y posteriormente con el estallido del conflicto a mayor escala con la entrada de Rusia de manera directa en Ucrania y la mayor implicación de los países de la OTAN en dicha guerra proxy, suministrando armas, dinero y entrenamiento (así como mercenarios) al bando ucraniano.
Europa recibe los golpes terroristas del sabotaje del Nord Stream-2 y el auto sabotaje de sus élites con las sanciones a Rusia, siguiendo los dictados que les marca el hegemón estadounidense. ¿Qué supone esto para la soberanía europea? La pérdida total de su cuestionable soberanía previa a manos de USA, con la consiguiente degradación y merma de derechos sociales, libertades y condiciones de vida de los trabajadores europeos.
Mientras que en los países emergentes se configuran nuevas alianzas surgidas de este momento histórico convulso, se empieza a configurar el BRICS, estableciendo nuevos modelos de negocio y comercio a nivel mundial, la vieja Europa y sus estados nación empiezan a verse apartados de este mundo en el que la partida se juega en su terreno pero sin seguir sus reglas, meros peones en manos del que está obteniendo beneficio de su ruina: Estados Unidos y el mundo anglosajón.
Mientras hacen la jugada, la superestructura liberal instala falsas luchas identitarias en el centro del debate político, en gran medida para arrinconar a las disidencias internas y externas, y el apoyo al BRICS, bajo la premisa de que lo importante para la sociedad es el interés de una minoría transgenerista, la necesidad de pasar por hormonación a tempranas edades, los pronombres sentidos, y la superioridad moral de occidente frente a los países del BRICS que se oponen a esto.
De este modo las luchas identitarias se convierten en un elemento mas para erosionar y bloquear la disidencia y la soberanía de las sociedades occidentales y a su vez presionar a los países que dentro de este campo puedan apoyar al BRICS (si no aceptas tal o cual derecho minoritario te sancionamos).
El objeto de esta exposición es generar el debate en torno a de que modo este giro en torno al multipolarismo y la crisis de los estados nación modernos afecta a pequeñas naciones sin estado ni soberanía como es nuestra nación vasca (Euskal Herria) y de que modo la restitución de la Soberanía Navarra son necesarias para poder hacer frente a esta nueva etapa, en la que nos vemos de manos y pies atados frente a un mundo en el que no tenemos capacidad de relacionarnos de igual a igual, y estamos sujetos a los vaivenes y decisiones geopolíticas que nos imponen desde Bruselas, Madrid, Paris o Lakua, y lo que es más grave, desde instituciones supranacionales que nadie ha elegido pero están hiriendo de muerte la supervivencia de nuestro pueblo con la imposición de su agenda transhumanista y destructora de todas las estructuras tradicionales que con el tiempo hemos conseguido que a duras penas perduren en los restos y las ruinas de nuestro solar navarro.
Por eso, ¿Cuál será nuestra posición como vascos en el nuevo orden multipolar que se está estableciendo? ¿Podemos afrontar ser un actor soberano en el nuevo orden mundial que se está gestando o estamos condenados a la desaparición en la vorágine globalista? Eso es algo que los propios vascos debemos decidir y establecer. Nosotros apostamos por rescatar el concepto de restitución de la Soberania Nabarra como medio para enfrentar este futuro de incertidumbre y caos que se nos presenta, sin soberanía no tenemos capacidad de establecer nuestros paradigmas y nuestra supervivencia económica, y sin supervivencia económica, nuestra supervivencia como pueblo lamentablemente pensamos que está totalmente condenada.
Autor B.S.G.
